domingo, 16 de diciembre de 2007

Troya

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Tengo que reconocerlo, le tenía ganas a esta película. Y tengo que hacer otra confesión: lo intenté, de verdad que lo intenté, pero me fue imposible volver a verla, así que el comentario lo realizaré desde la memoria (y sí, hay escenas que son imposibles de borrar...).
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Es que no sé ni por donde empezar... en realidad, mala, mala no es, si lo que se busca es ver efectos especiales (buenos, la verdad), ejércitos replicados por ordenador e idem en cuanto a los barquitos. Brad Pitt: es buen actor, pero debería centrarse en personajes que tengan un cierto toque de humor, como por ejemplo el que hizo en Sr. y Sra. Smith (Mr. and Mrs. Smith, 2005) o Snatch: Cerdos y Diamantes (Snatch, 2000), y dejar (de momento al menos) este tipo de papeles a otros. Es curioso, pero no me he encontrado con un "héroe" o protagonista que me cayera peor que él (a excepción del erizo que anuncia seguros de coche); es de lo más antipático, está como congestionado y cuando al final se le ve tirado en medio de la plaza con el talón rajado no puedo dejar de esbozar una cierta sonrisa de satisfacción, en parte por él, en parte porque la peli se hace más larga que un día sin pan... Y con tanta "carne", musculitos, aceite corporal y pareos, me pareció estar asistiendo a la Gala de Elección de Mr. Troya o acontecimiento cultural semejante.
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Orlando está de lo más soso. Hacer de elfo le iba bien, porque no creo que los elfos sean la alegría de la huerta (o del bosque). Pero no le veo como Paris (Hilton no, el de Homero), la verdad es que si yo soy Eric Bana no me arriesgo a una guerra, le doy un collejón y listo.
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Diane Kruger hay que reconocer que es guapa, pero le pasa lo que a Orlando, mira que es sosuca la chavala. No la veo como la causante de que "ardiera Troya". Hombre, si hubiesen puesto, por ejemplo, no sé, a Angelina Jolie, pues piensas "¿arde Troya? pásame el mechero..."
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Brian Cox es un gran actor, no cabe duda, le van que ni pintados los papeles de villano, pero con la minifalda y las trencitas como que me despista... Peter O'Toole hace una interpretación bastante sentida, no cabe duda que el que tuvo retuvo. Me hace gracia la forma que tienen de presentarle en escena: primero se le ve el cogote, y después se gira hacia la cámara, la cual hace un ligero zoom y le vemos durante unos segundos, los suficientes para que al espectador le de tiempo a pensar: "mira... el de Lawrence de Arabia... ¿no había muerto?"
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Pero no todo es negativo. Eric Bana hace una interpretación de lo más correcta (si lo que se quiere es verle en un papel distinto, recomiendo verle en la película Chopper, de Andrew Dominik, muy fuerte). Sean Bean es otro actor que se salva de la quema (de Troya), claro que en él eso es ya una costumbre, y la verdad es que es de los buenos actores que valen lo mismo para un roto que para un descosido. Lo mejor es ver la peli en versión original, y escucharle con ese acento de Sheffield que Dios le ha dado. Y encima se le ve en minifalda, pa qué quieres más...
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¿Arde Troya? pues que arda...
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Lo mejor: Sean Bean y Eric Bana.
Lo peor: pues parece que va a hacer buen tiempo después de todo ¿no?
La escena: el final (porque la peli termina ahí)
Para verla... cuando la echen en la tele (pero avisados estais...)

domingo, 9 de diciembre de 2007

Henry Ian Cusick (Desmond Hume)

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Henry Ian Cusick nació el 17 de Abril de 1967 en Trujillo, Perú. De padre escocés y madre peruana, se crió hasta su adolescencia en Trinidad y Tobago, trasladándose posteriormente a Escocia. Tras un periodo de tiempo no muy largo en la Royal Scottish Academy of Music and Drama, en Glasgow, pasó a integrar las filas del Citizens' Theatre, en el que participó en obras tales como Macbeth, de Shakespeare, La Gata sobre el Tejado de Zinc (Cat on a Hot Tin Roof), o Dulce Pájaro de Juventud (Sweet Bird of Youth), de Tennessee Williams. Con una sólida trayectoria teatral, entre sus trabajos destacan su interpretación de Dorian Gray en la obra El Retrato de Dorian Gray (The Picture of Dorian Gray), Hamlet en la obra homónima de William Shakespeare, y el papel de Mr. Horner en The Country Wife, de William Wycherley.
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Su calidad interpretativa le llevó a recibir la mención especial del Ian Charleson Award en 1995 en la categoría de interpretación más destacada de un actor joven menor de 30 años en una obra teatral clásica (por entonces contaba sólo 28 años), gracias a sus magníficas interpretaciones en las obras Torquato Tasso, de Goethe (dando vida al personaje del título, representada en el Festival Internacional de Edimburgo en 1994), y Edipo (Oedipus Rex, como Creon, en el Citizens' Theatre). Asimismo, entre sus créditos teatrales también podemos citar obras como Otelo (Othello, como Cassio), El sueño de una noche de verano, Antonio y Cleopatra, Las Amistades Peligrosas (como el Vizconde de Valmont), o Don Juan, de Molière (en la que interpretaba al personaje que da título a la obra), para compañías tan prestigiosas como la Royal Shakespeare Company, el Royal National Theatre, el Liverpool Playhouse, o el Almeida Theatre de Londres.
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Antes de interpretar a Desmond Hume en Perdidos (Lost), pudimos verle en un corto pero interesante papel en la apasionante serie de TV 24, dando vida al misterioso agente Theo Stoller, en un par de episodios de la quinta temporada. En el año 2006 fue nominado al prestigioso Emmy por su interpretación de Desmond Hume en la serie de TV Perdidos (Lost).
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Sus trabajos para la gran pantalla incluyen su interpretación de Jesús en The Gospel of John (2003), la película En la Tiniebla (Half Light, 2006, con Demi Moore), 9/Tenths (2006), o Perfect Romance (2004). Uno de sus últimos trabajos es su papel de Udre Belicoff en la recién estrenada Hitman (2007), basada en el popular videojuego.
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Una curiosidad en relación a los nombres que los guionistas han elegido para los personajes: algunos de ellos hacen referencia a filósofos, como por ejemplo el personaje de Danielle Rousseau (en referencia a Jean-Jacques Rousseau, filósofo de la Ilustración que consideraba que el hombre en el estado primitivo era feliz, pero que esto se echó a perder por la aparición de grandes núcleos sociales, siendo la solución la vuelta al estado natural), o John Locke (quien pensaba que la mente humana, al nacer era como un papel en blanco, una tabula rasa, concepto que incluso dió título a uno de los episodios de la primera temporada). En el caso de Desmond Hume, se basa en el filósofo David Hume, quien curiosamente nació en Edimburgo, y escribió acerca de la causalidad, el determinismo y su relación con el libre albedrío.
Para que luego digan que la tele no fomenta la lectura...
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